El sensor de revoluciones del motor está situado en el bloque motor y enfrentado a una rueda solidaria al cigüeñal que dispone de cuatro ventanas. Este sensor informa a la unidad de mando de las revoluciones a las que gira el motor y de la posición del cigüeñal y por lo tanto, de la posición de los cilindros. Esta señal es básica para el cálculo del caudal de inyección de combustible y para el momento de inyección, así como para la regulación de la presión de soplado del turbo y la recirculación de gases de escape. También se utiliza para la información de las revoluciones para el cuadro de instrumentos. El sensor de revoluciones es un captador de tipo inductivo constituido por un bobinado en cuyo interior existe un imán permanente. Cuando las ventanas de la corona pasan por delante de este sensor provocan una distorsión del campo magnético que induce en la bobina una señal alterna. Estas señales alternas se generan cada 90º de giro del cigüeñal, por lo tanto existen cuatro por cada vuelta, lo que permite a la unidad de mando reconocer las revoluciones y la posición de los cilindros, aunque no diferenciar entre cada uno de ellos. Ante la ausencia de señal de este sensor por avería, la unidad de mando calcula las revoluciones a partir de la señal que genera el sensor de carrera de la aguja del tercer inyector. De esta manera es posible el funcionamiento del motor, pero en función de emergencia. En esta situación, el ralentí es un poco alto, cae de vueltas de forma brusca en las deceleraciones, y quedan limitada la cantidad de combustible inyectado y la presión de soplado del turbo.